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La importancia del aislamiento térmico en la fachada para ahorrar energía

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Aislante térmico

La importancia del aislamiento térmico en la fachada para ahorrar energía

LA IMPORTANCIA DEL AISLAMIENTO TÉRMICO EN LA FACHADA PARA EL AHORRO ENERGÉTICO

El aislamiento térmico en la fachada de los edificios cobra una gran importancia en lo referente a eficiencia y ahorro energético. Tanto es así, que ciertos sistemas constructivos pueden suponer hasta un 60% de ahorro energético y reducir en un 30% las emisiones de CO2. Además, cabe destacar, que algunos aislantes térmicos también tienen la capacidad de ser aislantes acústicos.  Todo ello redunda en un ahorro económico, una mejora en el confort interior y en una habitabilidad más sostenible del planeta.

AHORRO DE ENERGÍA A TRAVÉS DEL AISLAMIENTO TÉRMICO

Es fundamental que una vivienda esté bien aislada térmicamente, logrando que los elementos que estén en contacto con el exterior (muros exteriores, cubiertas, suelos, tabiques y huecos) aumenten su resistencia al paso del calor.

Según el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), una fachada correctamente aislada térmicamente puede reducir el gasto de calefacción de forma considerable, como muestra este ejemplo:

Un edificio construido en 1975, con más de 40 años de antigüedad, y para el que no se tuvo en cuenta el aislamiento. Ubicado en zona de rigurosos inviernos y veranos bastante calurosos (D3 según CTE) como Madrid. El edificio cuenta con 6 viviendas y tiene una superficie aproximada de fachada de 1000 m2. El sistema de calefacción es de una caldera con gas natural que funciona durante 5 meses al año (de noviembre a marzo), cuya demanda anual de energía es de 132 kWh/m2, lo que supone una factura de calefacción de 895€ al año por vivienda.

Se planteada la mejora energética del inmueble, y se adopta una solución de rehabilitación de las cuatro fachadas del bloque de viviendas, incorporando un aislamiento por el exterior y un aplacado. El resultado es que la fachada ha conseguido aumentar su aislamiento en un 70% y, por consiguiente, se ha reducido el gasto de calefacción en un 35%. Por tanto, se pasa de un gasto de 895€ a 585€, lo que supone un ahorro por vivienda de 310€/año.

Es importante tener en cuenta que, aunque el aislamiento térmico en fachadas sea la forma más común de mejorar térmicamente la envolvente del edificio, también es necesario aislar adecuadamente techos y suelos, así como elegir ventanas y puertas con un nivel adecuado aislamiento térmico, si bien se deben de evitar los puentes térmicos en las zonas de encuentros entre elementos constructivos.

Los tipos de aislantes térmicos más usuales son paneles de lana mineral o fibras de celulosaespuma de poliuretanoplanchas de poliestireno expandido o extruidovidrio celularperlita expandidaaglomerado de corcho, entre otros. Aunque existen otros tipos de materiales aislantes naturales que resultan igual de efectivos y más sostenibles como es la paja o la lana de oveja. Existen diferentes sistemas constructivos de paja que sirven para construir hogares más confortables térmicamente, que garantizan no sólo un buen aislamiento térmico, sino un consumo en la factura de la luz reducido gracias a una demanda de energía inferior.

¿CÚAL SERÁ EL MEJOR AISLANTE TÉRMICO PARA AHORRAR ENERGÍA EN CASA?

Un estudio llevado a cabo por UNAUS (University Network for Architectural and Urban Sustainability) tiene como objeto averiguar qué material aislante térmico es el más sostenible y eficiente.

Para ello se han comparado los aspectos técnicos y energéticos de cada uno. Los resultados apuntan a que no existe el ‘aislante ideal’:

  • Según la valoración de eficiencia técnica, los materiales orgánicos y la lana de roca (material inorgánico sintético) son los elegidos.
  • Según la valoración de eficiencia energética, el aglomerado de corcho y las fibras de celulosa son los más eficientes tanto por consumo de energía como por generación de gases de efecto invernadero. Además, la lana mineral también se asemeja a los orgánicos en eficiencia energética, ahorrando 150 veces la energía consumida durante su ciclo de vida, genera muy pocos residuos al fabricarse y resulta ser un material económico.

El ahorro de energía que genera un buen aislante térmico se traduce en una reducción de las necesidades energéticas de la vivienda y, por tanto, en una reducción en la factura energética de todo edificio, que dependerá en gran medida de las características de la envolvente del edificio.

El material aislante es el único material de la obra que se amortiza por el ahorro económico que proporciona. Según IDAE: “Una rehabilitación térmica media, considerando el coste total de la obra y del aislamiento, se puede amortizar en 5-7 años. Considerando la larga vida media del aislamiento, se podrá ahorrar en ese periodo de 8 a 9 veces más de lo que costó toda la rehabilitación.”

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